Posted on Wed, Feb. 05, 2003 story:PUB_DESC
Hermanos al Rescate recoge sus alas

El Nuevo Herald
 

Hermanos al Rescate recogió las alas para poner fin a toda una era.

La organización humanitaria anunció ayer la suspensión de todos sus vueltos de rescate en el Estrecho de la Florida por falta de fondos, y porque las leyes estadounidenses no facilitan el ingreso al país de los cubanos hallados en alta mar.

''Los dos aviones nos cuestan unos $100,000 anuales y últimamente no hemos podido contar con tanto dinero. Además, ninguna aseguradora nos quiere dar un seguro, y cuando nos lo conceden, cuestan unos $20,000 por avión'', dijo ayer el presidente de la organización, José Basulto.

El activista envió a los miembros de Hermanos una carta donde aduce como otra causa para clausurar las operaciones el hecho de que su servicio ``se hizo menos frecuente o necesario al asumir el Servicio Guardacostas de Estados Unidos la interceptación de nuestros hermanos provenientes de la isla''.

El hecho de que un republicano haya llegado a la Casa Blanca tampoco ha facilitado las cosas, añadió Basulto.

'George W. Bush es más de lo mismo. No parece que la administración actual piense cambiar la política de `pies secos, pies mojados' de Bill Clinton'', comentó.

El último vuelo de rescate fue el 20 de enero, y respondió a una llamada de emergencia de los familiares de dos pescadores de Naples, en la costa oeste de la Florida.

Pero el fin de los vuelos no significa que Hermanos al Rescate se quede de brazos cruzados.

''Nuestro propósito es ayudar a promover los cambios en Cuba, la acción cívica no violenta como instrumento de trabajo o ingeniería de cambio del régimen hacia una sociedad democrática'', dijo Basulto a El Nuevo Herald.

La organización fue creada el 13 de mayo de 1991, y de inmediato comenzó a recoger balseros en el Estrecho de la Florida.

Sus días de gloria se produjeron en el verano de 1994, a raíz de la crisis de los balseros, cuando miles de cubanos abandonaron la isla en frágiles embarcaciones, y Hermanos al Rescate efectuó más de 1,000 misiones de localización.

Sus actividades captaron rápidamente la atención y la simpatía de exiliados cubanos, al tiempo que proyectaron una imagen internacional que comenzó a cambiar la percepción hacia el exilio cubano.

Posiblemente por eso se transformó en un enemigo para el régimen cubano, el cual planificó y derribó el 24 de febrero de 1996 dos avionetas del grupo provocando la muerte de los pilotos y activistas Mario de la Peña, Carlos Costa, Armando Alejandre y Pablo Morales, este último un balsero recogido por la organización.

Un agente de inteligencia cubano fue condenado a fines del 2001 a cadena perpetua por un tribunal de la Florida por complicidad en el derribo. Tres otros agentes involucrados en la acción lograron escapar y se presumen que vivan ahora en la isla.