ESPOSA DE RAUL RIVERO NARRA DESARROLLO DEL JUICIO 04/07/03
BLANCA REYES, ESPOSA DEL POETA Y PERIODISTA RAUL RIVERO, NARRA
DESARROLLO DEL JUICIO EN LA CAUSA 348/03Servicio Nueva Prensa Cubana


La Habana, (NPC) abril 7.-
Blanca Reyes, esposa del poeta y periodista Raúl Rivero, director de la agencia independiente CubaPress y vicepresidente de la Comisión de Libertad de Prensa de la Sociedad  Interamericana de Prensa (SIP), condenado a 20 años de cárcel, detalló a Nueva Prensa Cubana los pormenores del juicio celebrado en La Habana el pasado viernes, 4 de abril contra su esposo y el también periodista  independiente Ricardo González Alfonso, presidente de la Sociedad de Periodistas Márquez Sterling y director de la revista de Cuba, sobre quien pesa una condena de prisión perpetua.

La Sra. Reyes participó de la vista oral contra su esposo, que comenzó a las 9.30 a.m. y duró hasta las 3.45 p.m., donde el poeta Raúl Rivero declaró ante el tribunal e hizo una valiente exposición de toda su vida  como periodista, pues al inicio de la vista, el fiscal lo acusó de "autotitularse" periodista independiente. Rivero dejó claro que él no se autotitulaba, que era un graduado universitario de la Escuela de Periodismo de la Universidad de La Habana, que además había trabajado en todos los periódicos que se publican en Cuba, mencionando los diarios Tribuna de La Habana, Adelante, Gramma, Juventud Rebelde y que después había sido director de la Agencia de Prensa Latina en la ciudad de Moscú,  en la antigua Unión Soviética. Más adelante siguió explicando Raúl Rivero,  como a su regreso de Moscú, fue nombrado jefe de Relaciones Públicas de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC). En 1989 Rivero rompe sus lazos con la UNEAC y las instituciones oficialistas cubanas y en 1991 es uno de los firmantes de la "Carta de los Intelectuales" o también conocida como la "Carta de los Diez", documento que en este juicio salió a relucir por parte del Fiscal que alegó lo habían firmado un grupo de "seudo intelectuales" entre los que se encontraba Rivero.

El poeta agregó que pensaba que el periodismo debía tener un carácter alternativo, pues el que se ejercita en los medios oficiales es un periodismo "edulcorado" y muy propagandístico y él «necesitaba decir la verdad»
 

Continúa la Sra. de Rivero describiendo los detalles de la exposición pública de su esposo ante el tribunal que lo juzgó, donde Raúl Rivero reconoció haber asistido a dos reuniones donde se encontraba el jefe de la Sección de Intereses de los Estados Unidos en La Habana, el Sr. James Cason, una en el momento en que comenzó sus funciones y otra durante el lanzamiento del libro "Ojos abiertos", una publicación del Proyecto de Bibliotecas Independientes. El libro es una compilación de poemas,
cuentos y artículos realizados por periodistas independientes, poetas y escritores dentro de Cuba que participaron en un concurso convocado por el Proyecto de Bibliotecas Independientes y que se publicó en México. Rivero agregó que en esos encuentros, además del Sr. Cason, participaron los
embajadores acreditados en Cuba de Japón, Suecia, y de otros países, pero que a ninguno de ellos se les mencionaba en el juicio, y que sólo se referían al representante norteamericano en La Habana También el fiscal se refirió en las acusaciones a declaraciones supuestamente realizadas por James Cason
a  la cadena televisiva hispana Telemundo Canal 51 en Estados Unidos, donde  hizo declaraciones -según el fiscal- muy "groseras" sobre la realidad cubana.

Blanca Reyes se cuestiona si en este juicio estaban encausando a su esposo, o al Jefe de la Sección de Intereses de Estados Unidos en Cuba, pues ninguna de estas argumentaciones tenían absolutamente nada que ver con Raúl Rivero o Ricardo González Alfonso. En su criterio, el juicio fue amañado, «un "circazo", como diría nuestro querido Raúl» además, ella  piensa que la sentencia ya estaba determinada, incluso antes de que  comenzara el juicio. En todos los países del mundo libre se acumulan  pruebas reales, y el expediente de Raúl tenía casi 50 centímetros de espesor y en su hogar lo único que ocuparon fue una computadora "laptop" que se la regalaron unos amigos periodistas que visitaron recientemente
La  Habana. Ellos insistieron que se la entregaron en la Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana pero eso no es cierto, eso es una infamia  brutal. «Son unos mentirosos, porque nada de eso verdad»

También le ocuparon una mini grabadora que afirma Blanca era de su  propiedad, pues Raúl Rivero no acostumbra a hacer entrevistas, ya que su trabajo está dirigido a la redacción de artículos. En el video que fue expuesto en la sala de justicia, apareció la grabadora en cuestión, con diez cassettes que estaban grabados con música de los años 60's e incluían  música de Joan Manuel Serrat, Jorge Luis Rodríguez "El Puma", Orlando Contreras y otros intérpretes de los años 60 y 70. Blanca Reyes deja claro  que esa mini grabadora y esos cassettes son propiedad de ella, y que le fueron robados por los agentes policiales que registraron su vivienda, además de robarle la foto de su madre muerta, de su hijo que reside en
los Estados Unidos y las fotos de la hija de Raúl y de la ahijada de ambos.  Esas fotos están actualmente en las oficinas de la seguridad del Estado,  pero Blanca insiste en que ella no las irá a buscar porque ellos se las robaron y que las reclamará por las vías reglamentarias. También fueron  sustraídas las fotos de Raúl Rivero tomando la primera comunión, fotos de los años 70 cuando era profesor en la Escuela de Periodismo de la Universidad de La Habana.

Nos cuenta Blanca Reyes que entre las acusaciones que se hicieron contra Raúl Rivero estaba la de ser "agente a sueldo" de la oficina de Intereses de los Estados Unidos en La Habana porque colaborada en una revista contrarrevolucionaria llamada "Encuentro en la Red", financiada por la  Sociedad Interamericana de Prensa que era una organización subversiva. Que  la Sociedad Hispano Cubana era también una organización subversiva y que  Raúl también escribía para ella. Eso es cierto, pero ninguna de esas instituciones son subversivas y cada uno de los trabajos que Raúl Rivero  escribía eran bien claros y estaban firmados por él.

El periodista encausado declaró que también publicaba sus trabajos en un periódico suizo, en La Vanguardia, en Barcelona; en Le Monde, en París y  que él era un articulista. Estas declaraciones las hizo Rivero cuando  trataron de inculpar a Ricardo González de escribir artículos para el periódico El Nuevo Herald, asumiendo su responsabilidad como articulista de este diario, donde le pagan 100 dólares por cada artículo que le publican.

Blanca Reyes explicó la participación en el juicio contra su esposo de periodista Manuel David Orrio, -hasta ese momento presidente de la Cooperativa de Periodistas Independientes- que resultó ser un agente encubierto de la seguridad cubana, bajo el nombre de "agente Miguel". El testaferro castrista dijo estar muy triste porque ya no podía continuar como agente encubierto y el Alto Mando del Ministerio de Interior le había dicho que tenía que prestar declaración contra los periodistas arrestados,  y que él era "un militar de honor y cumplía órdenes" agregó que Raúl había tratado de introducirlo en un "gremio". Afirma Blanca Reyes que Raúl Rivero siempre sospechó que Orrio era un agente de la seguridad del
Estado y que nunca fueron amigos personales, porque siempre lo tuvo como un individuo despreciable. Cuenta Blanca que mientras se realizaba el registro de su domicilio el 20 de marzo, Orrio llamó por teléfono a su casa tratando de enterarse que estaba ocurriendo y ella decidió no darle información alguna.

El otro agente encubierto de la seguridad cubana que declaró contra Rivero y González Alfonso, resultó ser Néstor Baguer, un anciano de más de 80 años y que por más de 10 años dirigió la Asociación de Periodistas Independientes (APIC) y que responde al nombre de "agente Octavio" declarando despectivamente y de manera falsa, que Raúl Rivero lo único que hacía cuando visitaba la Sección de Intereses de los Estados Unidos en La Habana era beber whisky y comer mucho y que además era un alcohólico que sólo sabía dar escándalos en la UNEAC y en la UPEC (Unión de Periodistas de Cuba). Otros "testigos" fueron cuatro personas de la vecindad con los cuales ellos no habían tenido relación alguna hasta estos incidentes. El presidente del Comité de Defensa de la Revolución (CDR) de la cuadra,
dijo que Raúl "repartía" periódicos, a lo que el abogado defensor le preguntó que si él los leía y este respondió que «no leía prensa contrarrevolucionaria». Nunca quedó claro a qué periódico se referían.
 

 También se presentó una vecina, miembro del CDR que declaró que hace tres años Raúl gritó consignas contrarrevolucionarias desde el balcón la casa y hablando alto y que todas las mujeres del barrio habían salido cantando el Himno Nacional por que no había ningún carro patrullero cerca. "Eso es completamente falso", enfatiza Blanca Reyes.

 Justo Inocencio Palacios Naranjo, vecino de la cuadra, afirmó ante el tribunal que Raúl Rivero se dedicaba a escuchar Radio Martí. Blanca Reyes se cuestiona como este "testigo" puede decir algo así si nunca ha visitado su casa. Ninguno de los testigos aportó datos que acusaran a los periodistas encarcelados.

 Entre las cosas que se ocuparon, se habló del libro "Ojo Pinta", escrito por Raúl Rivero sobre jóvenes artistas plásticos en la Isla, y la fiscalía vinculó este libro a Frank Calzón, (cubano-americano residente en
Washington) a quien acusan de ser agente de la Agencia Central de Inteligencia (CIA). «No encontraron ni un cuchillo, porque en mi casa los cuchillos no tienen filo» dijo Blanca Reyes, refiriéndose al registro y las supuestas evidencias que trata de presentar la fiscalía como piezas acusatorias.

A Ricardo González Alfonso, presidente de la Sociedad Márquez Sterling le dijeron como burla, que tenía certificados médicos de "loco" y que era un "histérico". Su actitud durante el juicio fue ejemplar. Los libros de cuentos infantiles escritos por González Alfonso antes de su incorporación al periodismo independiente, no fueron mencionados.

Los objetos ocupados por la seguridad del Estado y presentados por la fiscalía en su acusación fueron computadoras, cámaras fotográficas, libros y todos los útiles de trabajo que usa un periodista. Si eso lo presentan ante el mundo, la gente terminará riéndose, porque todos los periodistas, graduados o no, usan esas cosas para trabajar. Incluso, mi hijo que vive en Miami tiene INTERNET en su casa y no es periodista, dijo la esposa del poeta Raúl Rivero. «Porque en Cuba es delito tener INTERNET»

La defensa fue profesional, y el abogado reconoció que Raúl Rivero era un escritor muy reconocido. El estado de ánimo del poeta es bueno y mantiene su sentido de humor de siempre.

 En declaraciones del intelectual preso ante los jueces que lo condenan, dejó bien claro que jamás ha escrito para potencias extranjeras, que él  escribía en su país, donde mismo murieron sus abuelos, que tienen estirpe de mambises.

 «Raúl Rivero siempre ha sido consecuente con sus actividades, él sabía lo que estaba haciendo y con quién estaba tratando y este juicio ha estado amañado desde el principio. La sentencia ya está firmada» concluyó la Sra. de Rivero.

El lunes, 7 de abril fueron ratificadas las condenas de los dos  periodistas. A Raúl Rivero le mantuvieron la petición fiscal de 20 años de cárcel y para Ricardo González Alfonso, que le pedían cadena perpetua,
lo condenaron a 20 años.> >
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