Nota: Es penoso que este hombre dentro de una tapiada esta mas informado que tantos en este mundo, donde los metodos de informacion sobran.
 

CUBA: Mensaje desde la Prisión Provincial de Holguín del Prisionero Político Arnaldo Ramos Lauzurique

En la Nota Oficial del gobierno cubano que dio inicio a las detenciones de los días 18 y 19 de marzo del 2003, ya en su segundo párrafo se trae a colación el caso de los cinco espías sancionados en Estados Unidos, por lo cual, desde su inicio hay establecida una ligazón.

En realidad, la misma autoridad que los ordenó espiar, fue la que nos encarceló, pretendiendo convencer de lo injusto de las sanciones en el caso de los cinco y justificar las nuestras como medidas defensivas de una nación amenazada.
Que hayan sido 75 personas exactamente los detenidos no parece casual, teniendo en cuenta la tendencia de Fidel Castro de sacar cuentas de bodeguero. Con ello, probablemente quiso decir que cada uno de los cinco espías vale por quince de nosotros. Sólo que la opinión pública mundial y muchos gobiernos que utilizan técnicas de valoración menos primarias no han coincidido con él.
 

Lo que parece esconderse detrás de las 75 detenciones

Es indiscutible que no era sólo la actividad de la Oficina de Intereses de los Estados Unidos en Cuba (SINA), lo que le preocupaba al gobierno cubano, sino también que ya existía una oposición pacifica interna con fuerza y bastante nutrida, representada en numerosas organizaciones que habían ido agrupándose en torno a objetivos definidos. En particular resaltaban los agrupamientos Todos Unidos, que apoyaba el Proyecto Várela y sus más de 11 mil firmas en todo el país, y la Asamblea para Promover la Sociedad Civil, constituida por 365 organizaciones con más de 20 mil miembros y simpatizantes declarados.

Todo ello con el agravante -para el régimen- de que en las semanas anteriores a la detención se estaba produciendo una coordinación de acciones entre las dos agrupaciones y que incluía el rechazo al ingreso de Cuba en el Acuerdo de Cotonou; un ayuno en reclamo a la puesta en libertad de Oscar Elías Biscet y el resto de los presos políticos así como la recogida de firmas exigiendo el mejoramiento de las condiciones de reclusión de toda la población penal.

En esas circunstancias, las detenciones parecían perseguir varios objetivos:
a) Enviar un claro mensaje al gobierno de Estados Unidos de que no iban a permitir más contactos de la SINA con la disidencia interna.
b) Quitar de circulación una parte de los disidentes y periodistas independientes más connotados.
c) Amedrentar a los opositores que no habían sido detenidos y quienes obviamente podían interpretar que los delitos imputados a los 75 podían fácilmente adjudicárseles a cientos de disidentes más.
d) Ahondar la brecha abierta entre Estados Unidos y la Unión Europea con relación a la política sobre Irak, teniendo en cuenta que la mayoría de la disidencia, se había pronunciado en contra de la inminente aprobación de la inclusión de Cuba en el Acuerdo de Cotonou.

Ese accionar se vería favorecido por el conflicto a punto de desencadenarse en Irak, que focalizaría la atención mundial.

Toda la algarabía del régimen y la prensa cubana presuponía que el conflicto se alargaría y que los norteamericanos se empantanarían en Irak, desviando la atención del mundo hacia allí por un tiempo prolongado. No imaginaron que duraría apenas tres semanas.

Como tradicionalmente ha ocurrido en Cuba desde 1959, cuando se producen hechos trascendentales que hacen necesario fortalecer el ánimo popular, paralela y casualmente se desarrollan otros incidentes que parecen reforzar la posición del gobierno. En este caso acontecieron dos secuestros de aviones y uno de lancha y un intento de secuestrar una aeronave, todos de pasajeros.

En la Mesa Redonda del 25 de abril, Fidel Castro informó que habían comprobado otros 29 proyectos de secuestro de naves y aeronaves, vinculándolo con un plan "siniestro" de Estados Unidos de romper los acuerdos migratorios, forzar una emigración masiva y provocar un conflicto armado. No es mi intención entrar en especulaciones que no puedo demostrar, pero esos sucesos ocurrieron en el momento preciso para que el gobierno cubano pudiera representar el papel de víctima, que actuaba de forma defensiva.
Para justificar las severas penas que nos impusieron, el régimen en todo momento sacó a colación el proceso de los cinco espías.
 

Algunas comparaciones entre ambos procesos

I.- Las acusaciones
El Dr. Rodolfo Dávalos, jurista y activo participante en las Mesas Redondas que diariamente televisa el régimen, confesó, previa justificación "que los actos realizados por los acusados...” fueron (periódico Juventud Rebelde 04.05.03):
1. Ser agentes de un gobierno extranjero sin declararlo a la oficina del Fiscal General.
2. Poseer y utilizar pasaportes falsos.
3. Penetrar organizaciones (que calificó de terroristas).

El Dr. Dávalos reconoció que esas acciones son tipificadas como delito. No incluyó, sin embargo, otros hechos conocidos:
· Una de las organizaciones penetradas era una base militar.
· Que formaban parte de la red Avispa, integrada por otros sancionados a penas más leves por haberse prestado a colaborar con el proceso.
· Que a esa red pertenecía Ana Belén Montes, analista del Pentágono, que sólo fue condenada a 25 años por declararse culpable y colaborar en la investigación.
· Que Gerardo Hernández fue acusado de estar implicado en el derribo de las avionetas de Hermanos al Rescate el 24 de febrero de 1996, que cobró cuatro víctimas mortales (cargo 3 de Conspiración para cometer asesinato).
· Que Rene González y Antonio Guerrero son nacidos en Estados Unidos y, por tanto, ciudadanos estadounidenses por nacimiento. Por esa razón, a ellos dos si les cabe el calificativo de traidores, del que tanto nos acusan a nosotros.
En cambio, las acusaciones contra nosotros constituyen una serie de generalidades que se fundamentan en pronunciamientos oficiales del gobierno tales como:
- La Nota Oficial del periódico Granma del 19.03.03 califica nuestra actividad como "actos de traición al servicio de una potencia extranjera".
- La declaración de la Confederación de Trabajadores de Cuba (periódico Trabajadores 21.04.03) nos acusa del "deleznable delito de traición a su propio pueblo".
- Felipe Pérez Roque, canciller del gobierno, en conferencia de prensa (periódico Granma 10.04.03) dice que somos grupos "con una clara visión anexionista".
- En la Mesa Redonda del l8.03.03 fue donde se nos calificó de "traidores".
- Felipe Pérez Roque (semanario Orbe del 25.04.03) declaró que "se castigó a un grupo de personas que actuaban al servicio de una potencia extranjera".

Ninguna de las más de 400 entidades registradas por la Oficina de Estadística Social del Instituto de Economistas Independientes de Cuba, ni las 365 que conformaban la Asamblea para promover la Sociedad Civil tiene entre sus objetivos (declarados en planillas llenadas al efecto), tesis anexionista alguna, Tampoco se conoce de ninguna otra organización opositora en Cuba o en el exilio que tenga una propuesta de ese tipo.

El gobierno acusó a Estados Unidos, por intermedio del jefe de la SINA, James Cason, de organizar una conspiración. Y sin embargo, no actuó contra el señor Cason, sino contra 75 opositores pacíficos.

Las peticiones fiscales estaban llenas de generalidades, con escasos cargos concretos contra los acusados.

Se puso al descubierto la utilización de agentes para espiar a grupos opositores pacíficos, algo repudiable en el mundo. No hay que olvidar que un caso similar en Estados Unidos, el de Watergate, le costó la presidencia a Richard Nixon.
Estos "espías" fueron instruidos de cometer los mismos supuestos delitos por los cuales nos acusaron y condenaron. En ninguno de los juicios, los "espías", puestos en función de testigos, pudieron probar que recibíamos dinero ni instrucciones de la SINA, ni de ninguna institución del gobierno de Estados Unidos.

Contra la mayoría de los acusados fue estrenada la Ley 88, creada en febrero de 1999 precisamente para tipificar como delito toda denuncia a los desmanes del régimen. Por ello desde su puesta en vigor justamente se le denominó Ley Mordaza.

En ningún caso se probó el recibo de dinero por parte del gobierno de Estados Unidos, a través o no de la SINA.

Como pruebas se usaron computadoras, faxes y otros equipos y materiales adquiridos en el país por entidades estatales cubanas.
No se probó ninguna conspiración del gobierno de Estados Unidos en la cual estuviéramos implicados.

II.- El juicio
En el caso de los cinco espías transcurrieron 33 meses entre el arresto y el juicio. Este ultimo duró aproximadamente seis meses, entre diciembre del 2000 y junio del 2001. Todos tuvieron abogados y pudieron contactar ampliamente con ellos. Igualmente tuvieron acceso a la documentación legal, Fernando González se quejaba de que se la quitaron cuando lo confinaron (periódico Juventud Rebelde 13.04.03).

En el caso nuestro, de los 75, los arrestos se produjeron entre el 18 y 20 de marzo y los juicios se celebraron el 3, 4, 5 y 7 de abril, transcurriendo 20 días entre el primer arresto y el ultimo juicio. En mi caso particular fui arrestado el 19 de marzo y el juicio se efectuó el 3 de abril (15 días).

Según tengo conocimiento, el juicio que más duró fue de unas ocho horas. El mío, donde también eran acusados Martha Beatriz Roque, Nelson Molinet, Adolfo Fernández Saínz, Nelson Aguiar y Mijaíl Barzaga duró cerca de cuatro horas. El único documento al que tuvimos acceso fue la Petición Fiscal, que en mi caso incluía a las cinco personas antes mencionadas. Las acusaciones relativas a mí ocupaban menos de una página.

Una semana antes del juicio aún yo no tenía abogado y desconozco con qué antelación al juicio se resolvió ese asunto. Sólo pude tener una conversación de cinco minutos, instantes antes del juicio con la abogada, Dra. Amelia Rodríguez. Igual sucedió con el resto de los acusados en mi causa.
A mi esposa no le informaron cuándo ni donde se celebraría el juicio. Concurrió al enterarse por los familiares de otros detenidos.

En las celdas de Villa Marista no nos permitían tener papel, lápiz o bolígrafo ni ningún documento o literatura que posibilitara prepararnos para el juicio. El día antes de su celebración fue cuando me percaté de su proximidad, debido a que me afeitaron y me dieron un uniforme nuevo.

En Villa Marista estuvimos recluidos en celdas tapiadas de 3x2 metros destinadas a cuatro personas (los otros tres ocupantes por lo regular eran acusados de narcotráfico), sin ventanas, y permanentemente iluminadas. Nos sacaban a interrogatorios en pequeñas habitaciones con un fuerte aire acondicionado. Solamente en tres ocasiones me sacaron a coger sol, alrededor de media hora. La primera vez temprano en la mañana, cuando el sol apenas había salido y la segunda en un día completamente nublado.

III.- La apelación
La apelación de los cinco espías se presentó el 7 de abril del 2003. "Pasarán unos dos o tres meses antes de que el gobierno (de Estados Unidos) presente su informe y después la corte de apelaciones nos dará otro mes para presentar nuestra réplica. Podría decir que para la argumentación oral transcurrirán entre seis y ocho meses" (Paul Mc Kenna, defensor de Gerardo Hernández, periódico Juventud Rebelde 06.04.03).

Más adelante, el letrado Mc Kenna dice: "El informe que yo presenté tenía un total de 60 páginas... Hube de enviar una copia a cada uno de los cinco acusados". Y aclara: "...antes de que lo confinaran fui a verlo a California, el 14 de febrero, y tuvimos una reunión muy productiva que duro todo el día".
Al concederle el gobierno cubano la orden Julio Antonio Mella a los cinco espías, Elizabeth Palmeiro, esposa de Ramón Labañino declaro: "...él no sabe nada de esta condecoración, puesto que hace dos días que no puedo hablarle..." (periódico Juventud Rebelde 06.04.03).

En la mañana del 24 de abril René González llamo a su hija Ivette para felicitarla por su cumpleaños y Olga, su esposa, le dijo al periodista que el día anterior, el 26 por la mañana, había hablado con él (periódico Juventud Rebelde, 27.04.03).
En la página 8 del Granma del 09.04.03 se incluye la dirección, dirección postal, teléfono y fax de Gerardo Hernández en la cárcel de Lompor, California.

Once familiares de los cinco espías viajaron en febrero a Estados Unidos (revista Bohemia 04.04.03, página 11). Según Ricardo AÍarcón, presidente del Parlamento "deben permitírseles las visitas y la comunicación a los cinco, sin restricciones ni condicionamientos, con todos sus familiares, con todos sus abogados y con cuanta persona en este mundo quiera visitarlos y comunicarse con ellos" (periódico Granma l9.03.0.3).

Las condiciones que exige Alarcón para los cinco espías -e incluso las que ellos disfrutan en la actualidad- distan mucho de las que se ofrecen en Cuba a cualquier prisionero. Las condiciones de los sietes recluidos en la Prisión Provincial de Holguín (Ángel Moya Acosta, Mario Enrique Mayo Hernández, Antonio Ramón Díaz Sánchez, Iván Hernández Carrillo, Adolfo Fernández Saínz, Alfredo Rodolfo Domínguez Batista, y el que esto escribe), a 700 kilómetros de nuestras familias y domicilios, son, entre otras, las siguientes:
Las apelaciones debían presentarse antes de las 72 horas después de concluido el juicio, según establece la ley. De ese documento ni de ningún otro hemos recibido copia.

Después del juicio no hemos vuelto a ver a los abogados y hasta el momento de redactar estas líneas solo hemos recibido una visita de aseo. En particular he sido informado que tengo derecho a dos visitas en lo que resta de año, el 9 de julio y el 9 de octubre. Irónicamente me han programado una visita conyugal, el 13 de agosto, nada menos que el día en que cumple años el culpable de que yo esté encarcelado.

De acuerdo con la ley, el resultado de la apelación, como plazo máximo, debía ser conocido el 30 de mayo. No fue hasta el 30 de junio, por carta de mi esposa cuando supe que en la apelación se ratificaba la sentencia de 18 años de privación de libertad que me impusieron.

Estamos sometidos a régimen de mayor severidad, que no se corresponde con la condición de reos pendientes del resultado de la apelación, según la ley, y que además es de extrema crueldad, como a continuación detallo.

· Estamos recluidos en celdas selladas de 3 x 1,7 metros.
· Sólo podemos salir unos minutos diariamente a bañamos y a tomar el sol una hora, de lunes a viernes.
· Las salidas al exterior para visitas familiares, llamadas por teléfono o consultorio médico debemos hacerlas esposados, condición que no se le impone al resto de los presos, muchos de ellos sujetos a largas penas por hechos violentos.
· Nos quitaron nuestras ropas de civil, mientras los presos comunes las usan cotidianamente.
· En la visita de aseo que tuve me quitaron seis cartas de felicitación que había hecho por el Día de las Madres así como una carta de agradecimiento al Papa por su preocupación por todos nosotros. Me dijeron que revisarían las cartas pues se reservaban ese derecho. Al expresarles que eso era una violación de la correspondencia me respondieron que nosotros carecíamos de derechos.

En una visita del MINlNT (Ministerio del Interior) efectuada el 16 de mayo, procedente de La Habana e integrada por un general entre otros oficiales, planteé el asunto de la correspondencia y un teniente coronel de Villa Marista me dijo que eso ocurría en todas las cárceles del mundo.

Las visitas sólo pueden ser de dos familiares de primer grado, mayores de edad y están programadas cada tres meses. Las condiciones son totalmente discriminatorias con relación a los demás presos, algunos peligrosos, que se mueven por el penal sin restricciones. Los comunes tienen visitas cada dos meses.

Las llamadas visitas de pabellón o conyugales están programadas cada cinco meses, es decir, dos por año. En casi tres meses no he podido realizar ninguna llamada a mis familiares. El 3 de junio se presentaron en esta prisión para visitarnos las esposas y familiares de casi todos nosotros, pues esa era la fecha que les habían informado. Después de recorrer cientos de kilómetros, cargados de bultos, no los dejaron pasar ni siquiera a saludarnos y entregarnos las cosas que nos traían, todas necesarias dadas las precarias condiciones en que nos encontramos. Entre los visitantes estaba la hija de 4 años de Antonio Ramón Díaz Sánchez, quien no pudo ver a su padre.

Hemos sido sometidos a vejámenes, como el aplicado a Ángel Moya Acosta, a quien pasearon desnudo por el penal, esposado y descalzo por más de 300 metros hacia una celda de castigo. Eso ocurrió el 16 de mayo y allí permaneció más de tres días en esas condiciones.

En el Granma del 23.06.03 hemos podido leer que un sacerdote comunista británico se ha carteado con los cinco espías; visitó a Gerardo Hernández en la cárcel de Lompor, recibió autorización para visitar a Ramón en Texas y espera poder visitar también a Rene y Fernando. En entrevista concedida a Granma, este cura comunista justifica nuestro encarcelamiento y las penas de muerte aplicadas a los tres secuestradores de la lancha Baraguá.

Este trabajo no pretende dar a conocer nada nuevo sobre las condiciones carcelarias en Cuba ampliamente conocidas, sino poner de relieve la doblez de un gobierno que a cinco espías presos en Estados Unidos exige condiciones de encarcelamiento que está muy lejos de ofrecer a los cubanos que encarcela en su territorio.

Espero que este trabajo lo lean algunas de las personas de buena fe que en el mundo se encuentran atrapados en la campaña que el gobierno cubano ha desatado en defensa de cinco espías. Confío en que mi trabajo los llame a reflexión.

Arnaldo Ramos Lauzurique
Prisión Provincial de Holguín
17 de julio del 2003

El autor tiene 60 años, economista, subdirector del Instituto Cubano de Economistas Independientes "Manuel Sánchez Herrero" y miembro del grupo de coordinación y organización de la Asamblea para Promover la Sociedad Civil. Se ruega la mayor difusión de este análisis así como la posibilidad de hacer llegar alguna gratificación a la esposa de Arnaldo Ramos. Ella se llama Lidia Lima Valdés y reside en Manglar 354, 1er piso, apto. D, entre Oquendo y Francos, Centro Habana. Teléfono: (537) 879-2426.
Finalmente, se alerta a la opinión pública mundial que la divulgación de este texto, extraído de la prisión, puede acarrearle castigos al autor y represalias contra su esposa y familiares.

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CAMPAÑA CUBANA POR LA LIBERTAD DE PRISIONEROS DE CONCIENCIA

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"Acuérdate de los presos como si tú también lo estuvieras"
                                                        Hebreos 13-3
 

 
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"Solo la opresión debe temer al pleno ejercicio de la libertad. Libertad es el derecho que todo hombre tiene a ser honrado, y a pensar y a hablar sin hipocresía. Un hombre que oculta lo que piensa, o no se atreve a decir lo que piensa, no es un hombre honrado. Un hombre que obedece a un mal gobierno, sin trabajar para que el gobierno sea bueno, no es un hombre honrado."
José Martí